domingo, 25 de marzo de 2007

31 años de Fe en Betania

(*) El 25 de marzo de 1976 se observó en Venezuela una aparición de la Señora, madre de Jesús, en una finca llamada Betania, ubicada en el municipio Urdaneta en los Valles del Tuy, estado Miranda. En el año 1987 la iglesia católica oficializó la veracidad del suceso.

La gruta de Betania se colmó de creyentes

Cua, Miranda, 25 Mar 2007. ABN (Joaquín Pereira).- En el aire flotaba un penetrante olor a flores; un coro entonaba alabanzas; cientos de luces se desprendían del suelo… Era como si los ramos traídos por los feligreses, las gargantas de jóvenes cantantes y las velas de quienes suplicaban por un milagro intentaran repetir los sucesos que rodearon la aparición de la Virgen María el 25 de marzo de 1976, en la finca Betania, ubicada cerca de la población de Cua del estado Miranda, en Venezuela.

Tuvieron que pasar 21 años para que en 1987 la iglesia católica, tras un arduo proceso de certificación de testimonios de curaciones milagrosas, autentificara oficialmente como ciertas las apariciones en suelo venezolano.

El acceso a la gruta de Betanía se vio congestionado desde tempranas horas del domingo por una larga cola de vehículos que esperaban con paciencia el ingreso al lugar.

Se espera que para el año entrante se amplíen los estacionamientos aledaños a la finca, gracias a los trabajos de remozamiento del Santuario por parte de la Corporación Mirandina de Turismo (Corpomintur). Para estos trabajos se está invirtiendo 800 millones de bolívares.

Luego de atravesar un puente instalado sobre un río, los visitantes se encontraron con una larga pared cubierta con placas y recuerdos de agradecimientos por favores concedidos.

Cargados de botellas de plástico de varios tamaños, miles de niños, jóvenes y adultos, hicieron largas colas bajó un sol inclemente para poder llevar a casa un poco del agua de la cascada donde hace 31 años la vidente María Esperanza Medrano de Biachini, fallecida en el 2004, vio por primera vez una figura de mujer que se identificó como la madre de Jesucristo, bajo la advocación de Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones.

Al lado de la gruta de la aparición una capilla construida con alto techo y sin paredes, por sofocante calor de la zona, sirvió de recinto para una vigilia que comenzó a las 12 de la noche del sábado y que se extendería todo el domingo con la celebración de varias misas.

Al mediodía del domingo se efectuó una de estas liturgias especiales, efectuadas por el aniversario de las apariciones, presidida por el Obispo de los Teques, Monseñor Freddy Fuenmayor.

“Por favor madre, salva a mi hija”, “Gracias María por hacer que volviese a caminar”, “Pido fuerzas para soportar la muerte de mi hijo”, son sólo algunas de las oraciones que elevaban los peregrinos llegados varias partes del país y hasta del exterior para proclamar su fe en aquel rincón del municipio Urdaneta en los Valles del Tuy.

Entre los asistentes también se encontraba un grupo de personas rescatadas por la misión Negra Hipólita quienes agradecían a la Virgen el milagro de retomar su vida luego de haberla extraviado por las calles.

Para todos ellos no importó las colas, no importó el calor, no importó la aglomeración de personas… Para quien recibió o espera un milagro la fe es su único sustento, su única esperanza.

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